Capítulo
XXX
"Alcanzaron la ciudad al mediodía, mezclados
con los grupos de baile que aquella tarde actuaban en el Inti Raymi. Cientos de
jóvenes, ataviados de collas, aqllas, soldados y súbditos del Imperio Inca,
poblaban las calles del Cuzco y subían en dirección a la
Plaza de Armas. Huamán sabía que durante los días que durase la fiesta, la
ciudad estaría rebosante de turistas procedentes de distintos lugares y eligió
aquella fecha para pasar inadvertido entre la multitud. Sin embargo, en cuanto
pusieron los pies en la plaza pudo ver desde lejos al alcalde pavoneándose en
la escalinata de la Catedral, adornado
con una cinta de raso, como si fuese una miss recién coronada.