domingo, 30 de junio de 2013

Las Huaringas, tierra de brujos.


Capítulo VI
"Zacarías abrió los tapones de todos los frascos. Los derramó por la estancia siguiendo un orden, descartando los que no le convencían. Se movió de derecha a izquierda, siempre en dirección sur. El brujo comenzó las oraciones. Consumió el san pedro y entró en trance.

            —¡Dime! ¿Qué quieres saber?
            —¿Cuándo vendrá?
            —¡Veo una mujer que atraviesa el Atlántico! Debe ser ella por la que preguntas. A pesar de estar lejos, pertenece a esta tierra. Nunca debió salir de aquí.
            —¿Cuándo vendrá?
            —¡Ya está llegando!
            —¿Se quedará?

            El perfume, el san pedro, el humo de las velas, los amuletos sobre la mesa, las plegarias de dos hombres se mezclaron con los gritos, los vómitos y el clamor de una invocación. Al amanecer, cuando Huamán abandonó la casa del curandero, se aplaudía como amo y señor del universo. ¡Sería capaz no sólo de atraer a Alejandra, sino de hacerlo en un tiempo récord!"


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