Capítulo XXXVI
"...Alejandra, que aún no había tenido oportunidad
de visionar las grabaciones, iba descubriendo, entusiasmada, detalles que en su
momento pasaron desapercibidos. Revivió lo que sintió en cada uno de aquellos
lugares, las conversaciones con Enrique, los rituales, los abrazos…, como si lo
contemplase desde la distancia, en otra dimensión más lejana. Cuando la imagen
de la montaña de Machu Picchu cubrió la pantalla, justo después de haber
realizado el ritual, un rayo blanco salía de la montaña y parecía atravesar su
persona. Paró la imagen sorprendida. Rebobinó. Lo contempló pensativa.
—¡Ése
debía ser el rayo que tanto temí!